19 de septiembre de 2013
Un reto a tener en cuenta…. Montar el stand
Parece sencillo pero no lo es, el stand o tenderete como me gusta llamarlo, dice mucho de ti y del trabajo que tienes expuesto, en mi caso al ser piezas pequeñas requiere espacios para que el resultado no sea una amalgama de colores, que es la mejor manera de que no sea vea nada.
De ahí que cada vez que expongo piense mucho cómo ponerlo, para que sea cómodo y atractivo para todos. Hay que recordar que los espacios que ofrecen en los markets son bastante reducidos por lo general, casi poner una mesa y una silla , pero pese a esto me gusta decorar mi parcela y por los comentarios que recibo no suele pasar desapercibida.
Para los que me habéis visitado lo que viene a continuación no será nuevo, me dirijo sobre todo a los que todavía no lo habéis hecho….
Además del logotipo de la marca, tengo una seña de identidad que siempre me acompaña: las sombrillas orientales… me encantan!!!!, y esto no es nada nuevo en mi. Cuando tenía 10 años mi padre ya me regaló una maravillosa de seda natural de color azul pavo con flores que todavía conservo y desde entonces voy comprando las que me gustan, no las colecciono para no obligarme a comprar cualquiera. De hecho compré una en Nueva York, que ahora la tengo de lámpara de techo en casa, otra en Tailandia color marfil, otras son birmanas, chinas, … de tela o de papel, lisas o estampadas…
Resulta muy gratificante cuando no sólo se acercan a ver mi trabajo, preguntar, probárselo…. Si no que también me preguntan si vendo el maniquí, el kilim turco, el joyero lacado, el expositor de collares, la tela del mapamundi y hasta el sombrero!! de casi todo me puedo desprender pero del sombrero……. no, tiene su propia historia. Ahora sólo comentaré alguna cosa porque este post podría terminar en un día de oleaje en el Rio Negro del Amazonas en una pequeña barca viendo delfines rosas ….. Y ese será otro ¡!
El sombrero lo compré hace mucho en una tienda de jardinería de West Broadway, en pleno Soho. Es muy flexible, de ala muy ancha y no pesa. Es perfecto. Años más tarde estuve casi tres meses en la selva amazónica a unas 3 horas en barco de Manaos. Alli la vegetación es impactante pero los pájaros más, los hay de mil plumajes diferentes y dado el fuerte sol mi sombrero fue lo primero que metí en la maleta. Regresó tal y como lo podeis ver ahora casi en perfecto estado y con las plumas puestas, que por cierto algunas son pendientes comprados en una aldea indígena a orillas del afluente Ariau.
Me comentan muchas veces que mi tenderete te lleva a lugares exóticos, a ganas de viajar, a pasar un rato entretenida en ojear un libro sobre aderezos y ropa india, a jugar a localizar Uzbekistán en el mapamundi, a abrir y cerrar los cajones lacados con su interior de papel de periódico chino,…. Y lo mejor es que todo tiene un origen, un lugar y una aventura que os seguiré contando…..